~ Reposo ~

Antes de presentarse a la reina como era debido, debía de descanzar almenos un rato, su caminata había sido larguisima por lo que su cuerpo demostraba el absoluto cansancio de dichos dias variados en climas y no todos eran bajo el astro rey.

Dejó sus pertenencias en un hueco que se formaba entre las raices y el tronco de un azulino arbol. El reflejo de la luna se veia imposible más hermoso en aquel lago donde ahora el alvino cuerpo densudo del joven de ojos azules era limpiado por sus aguas. No era mucho de pudor por lo que las miradas de una que otra criatura lo tenian sin cuidado aunquei sus pertenencias si le eran importantes.

Por su pecho caian cantidades de agua que sus manos derramaba haciendole ver que la piel brillara como si fuese algun ser encantado, sus labios entreabiertos tambien llevaban en si algunas gotas que caian desde su frente y cabello por su espadla, pecho y brazos. Dirigió una mirada a sus pertenencias y viendo que estaban bien, se dedicó a seguir con su aseo personal que ya estaba proximo a acabar.

La kitsune delicadamente avanzaba por el bosque de ese lugar, hasta llegar a la laguna, lugar donde sintio un olor extraño... un ser diferente a lo que estaba acostumbrada a ver. Se hacerco sigilosamente adoptando su figura humana en el camino, vistiendo su acostumbrado kimono purpura. Se quedo tras un arbol, observando aquella silueta que disfrutaba de la soledad, de aquellas frias aguas que acariciaban su cuerpo sin ningun pudor... una blanca espalda, rozando una delicada figura... no habia ninguna duda, no era humano.. pudo saberlo por el olor de sus ropas que se encontraban cerca.

Por ser de noche el agua estaba en verdad calida, tibia. Esta recorría la piel del hombre como si fuese parte de este mismo. Tras darse una ultima "ducha" con sus propias manos bebiendo un poco de la propia agua que se arrojaba encima, dió unos tres pasos atras para poder ver la luna sin que unos altos arboles le taparan dicha hermosa vision. Dejando asi ver tambien mayor parte del cuerpo del alvno hasta debajo de sus gluteos y su fornda espalda. Estaba demasiado tranquilo, nesesitaba de verdad ese descanzo ademas que por el agua en su cuerpo, no pudo oler la presencia que le espiaba desde los arboles, tampoco sentirla.

Permanecio oculta en aquel lugar, viendo a aquella persona. Sonrio traviesamente mientras adopaba su forma de kitsune, blanco pelaje y ojos rojos. Se acerco sigilosamente a algunas de sus ropas y las tomo con su hocico, escondiendolas tras unos matorrales y quedandose sentada a la orilla de la laguna, observandole.

La luz de la luna los vigilaba y cubria a ambos.. uno, mas desnudo del otro claramente.

Terminó de lavarse al fin, sus brazos bajaron a altura de rosar el agua con los dedos al caminar y cada vez; mientras más se acercaba a la orlla, más se alejaban estas de dicho roce. Ya allí, echó sus cabellos hacia atras con sus manos, sacudiendose un poco la cabeza dejando que su cabello quedara en si bastante desordenado.

Sus verdeazules orbes se dirigieron la hermosa criatura en las cercanias que le observaba, le miró maravillado unos instantes, un notorio aunque pequeño rubor en sus mejillas se hacia presente mientras detallaba el pelaje, ojos y silueta de tan hermosa animal. Buenas noches... Susurró a este casi coqueto y luego se dirigió hacia donde estaban sus ropas, se agachó y alzando su mano sin dejar de mirar a la kitsune se dió cuenta que no había nada, inmediatamente desvió la mirada y comenzó a rebuscar con disimulado espanto hacia los lados, irguendise, moviendo ramas, hasta finalmente, mientras le daba la espalda a la criatura, voltearse sinuosamente a mirarla con una clara sospecha.

Su mirada se encontraba pendiente del joven, sus colas caian sobre el suelo mientras observaba aquel ritual de baño, algo extrañada. Le vio salir lentamente, quedando desnudo en su totalidad notando como aquellos ojos se centraban en ella misma. Al sentir su saludo sonrio internamente ''descubierta... '' Hizo una leve inclinacion de su cabeza contestando su saludo.

Cerro sus ojos haciendo un ruido similar a una risilla en su boca, al ver al joven buscar su ropa sin demasiados resultados, despues de todo habia quedado bien escondida. Le miro fijamente en cuanto este le miro con aquella sospecha y se acerco a el suavemente, meciendo sus colas en el viento, rodeandolo como si lo estubiese reconociendo, en su mirada podia verse una clara alegria por aquella travesura.